viernes, 27 de julio de 2012


NACIONAL
POLITICA

EL  EJECUTIVO  CREA  “Oficina de Diálogo Nacional”
No quiere confrontación con nadie

ü OLLANTA  HUMALA TASSO  (En Cayma, Arequipa):
“El Respeto a la Vida es Fundamental”
§   “No hay ningún ánimo ni voluntad de parte del Gobierno de confrontación o de usar la fuerza”

ü EL PREMIER JUAN JIMENEZ MAYOR  (En reunión con la C GTP):
§  “Este es el momento de construir paz y tolerancia, dejando de lado ideologías de muerte”
§  “Pongamos punto final al terrorismo” (En llamado a todos los sectores, en particular a la facción del Sutep denominada Conare)
§  “Es una metodología para evitar más derramamiento de sangre en el Perú”

El señor Ollanta Humala Tasso y su nuevo tercer presidente del Consejo de Ministros, Juan Jiménez Mayor, al parecer se pusieron de acuerdo para jugar en pared: el mandatario de la república, desde Cayma, Arequipa; el Premier, desde el local de la CGTP, en Lima.

Durante la inauguración de la dotación de agua para varios poblados del distrito arequipeño, Humala Tasso  señaló que “el respeto a la vida es fundamental. Hablando de manera pausada y haciendo esfuerzo por hacerse entender en medio de la altura caymeña, dijo que No hay ningún ánimo ni voluntad de parte del Gobierno de confrontación o de usar la fuerza”.

Entre tanto, una de las primeras medidas que dispuso el flamante premier, Juan Jiménez Mayor, fue la creación de la denominada Oficina de Dialogo  Nacional”.  Funcionará al interior de la Presidencia del Consejo de Ministros (PCM), en remplazo de la anterior Oficina de Prevención de Conflictos Sociales”.

Precisó que no se trata de un simple cambio de nombre, sino de una nueva metodología que el Ejecutivo pondrá en operación, cuyo propósito es evitar más derramamiento de sangre en el Perú.

Inmediatamente se reunió por la tarde con el secretario general de la CGTP, Mario Huamán,  y anunció que hará lo mismo con los empresarios de la Confiep.

Notoriamente preocupado por las protestas de los maestros de la facción del Sutep, denominada Conare, que rodearon las instalaciones del Ministerio de Educación, en el residencial barrio capitalino de San Borja,  dijo que Este es el momento de construir paz y tolerancia, dejando de lado ideologías de muerte”.

Y, en llamado a todos los sectores,  pero haciendo otra vez alusión directa a los profesores del Conare, remarcó: Pongamos fin al terrorismo.
Esta sumamente claro que el Gobierno del señor Ollanta Humala Tasso ante el visible fracaso de su mortal política militarista que ha dejado en apenas un año diecisiete muertos, se ha propuesto lo  que parecería ser una suerte de giro.

Iría del militarismo al diálogo. La salida de tres ministros de formación militar -.y sus respectivos remplazos por civiles-  en tres sensibles carteras como la PCM, el ministerio de Defensa y el de Interior, abonarían en ese sentido.

Sin embargo se fueron los ejecutores militares, los técnicos maltares, pero pareciera que ha quedado la línea embrollada en palabras de apariencia tolerante y democrática. Pudiera pensarse que hay la intensión, pero de buenas intensiones está empedrado el infierno.

Empero, inmediatamente salta la duda cuando tanto el mandatario de la república como su flamante Premier enfilan sus baterías para lo que serían -a sus maneras de ver- grupos terroristas que estarían detrás de las protestas populares.

De ahí, dentro de esa lógica estatal, la comprensible insistencia para que quienes estarían y actuarían al influjo de esa “ideología de muerte”, deslinden.

O sea, volvemos a lo mismo. Las protestas no tendrían ni razón, ni derecho, ni legitimidad porque estarían supuestamente movidas por “terroristas”.

Y como el denominado terrorismo constituye delito, es, por tanto, perseguible, reprimible. Y, siendo así, ¿quién va a estar en contra de eso? Y Entonces las puertas para legitimar no solo la represión, sino eventuales nuevos muertos quedan ampliamente abiertas.

Tal parece que el inicio del  segundo tramo del gobierno denominado “nacionalista”, la táctica estará caracterizada por una más intensa asociación, ligazón de las luchas populares con el denominado “terrorismo”.

Se viene, en consecuencia, la detención de toda persona supuestamente “terrorista”. De hecho ya empezaron las denuncias al respecto.

Uno de ellos es el profesor Efraín Condori, con el que quizá muchos –incluidos los maestros- no estén de acuerdo, algo perfectamente democrático por cierto, pero no por ello se le puede llamar terrorista. Incluso aún cuando abiertamente se haya pronunciado a favor de una determinada ideología.

Nos guste o no la propia Constitución de la República ampara el derecho de pensar, el derecho a las ideas, a tenerlas, a asumirlas. No hay persecución por razón de ideas. No hay delito de opinión.

En todo caso, el derramamiento de sangre ha venido de parte del status quo. El que se haya conformado una Oficina de Diálogo Nacional”, así como el hecho de que se insista –de manera saludable, si se expresa en la práctica- en evitar más derramamiento de sangre, revela una cierta conciencia de culpabilidad. Seguramente por eso, por conciencia que acusa, el propio mandatario ha dicho “El respeto a la vida es fundamental. Algo que, por cierto, suscribimos plenamente.

Empero, nos queda una duda: ¿Con què ideología se han producido los diecisiete muertos? ¿No es con la del neoliberalismo? ¿O los que dispararon eran comunistas, “terroristas”?
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