EGIPTO
Detrás de los hechos
LA DEMOCRACIA MILITARIZADA
Las aguas del milenario Nilo por estos días
lucen una relativa mansedumbre. La población egipcia pareciera estar
compaginada con esa quietud bíblica, luego de que la denominada “Primavera
Árabe” llevara a la necesidad de reemplazar dictaduras abiertas como las
de los militares.
Sin embargo, el Parlamento egipcio tiene
todos los ingredientes de un cocinado que, todo lleva a pensar, estallará
inevitablemente.
El poder en la tierra de Cleopatra, no lo
tienen los millones de jóvenes que con ilusión decidieron sumarse a lo que fue
la “Primavera Árabe”. Tampoco lo tiene el señor Mursi, ganador de las
recientes elecciones, de las filas de la llamada “Hermandad
Musulmana”.
Mursi no es rey como en los tiempos
del Egipto esclavista. Es gobernante elegido, pero en la práctica no gobierna
nada ni a nadie.
Eso quedó demostrado la tarde del martes
09, cuando el Tribunal Constitucional en alianza con el Poder Militar lo
desautorizó para iniciar las Sesiones del Parlamento Egipcio que el arrinconado
gobernante dispuso apenas una horas antes por la mañana.
El 70% de Congreso está conformado por
miembros de la denominada “Hermandad”. Una eventual Constitución que
resulte de ahí será visada por los militares.
En Egipto, detrás de una dictadura
encubierta hay otra abierta. Detrás del gobierno está el poder real. Detrás de
los votos están las bayonetas. Detrás de la “Hermandad Musulmana” están
los militares. Detrás del Parlamento está el Tribunal
Constitucional.
En verdad, todo lo que esta detrás está
delante. La llamada división de poderes es una ilusión. El Poder es único e
indivisible. El resto no lo cree ni el propio Nilo que amenaza con calentar sus
aguas.
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