¿El fin del militarismo?
El
inevitable cambio de Gabinete no es un secreto. La duda está en si implicará el
fin de la tendencia militarista del régimen del señor Ollanta Humala Tasso.
La caída casi en vertical que registra
el Gobierno denominado “nacionalista” puede que haga reflexionar al mandatario.
Su desaprobación, según el último sondeo de Ipsos Apoyo, llega al 67%. Antes de lo de Conga su aprobación superaba el
50%. Hoy, apenas está en 31%. La mayoría
que lo desaprueba lo hace porque considera que el gobernante no cumple sus
promesas.
Y todo indica que las promesas han
sido reemplazadas por las balas, por el plomo. Algo que quizá atormenta al
señor Ollanta Humala Tasso. En todo caso, la confusión de cobre con bronce,
durante la despedida a la delegación Olímpica, resultó sumamente expresiva.
Diecisiete muertos en un año es algo
que seguro deber pesar en la conciencia de alguien que se jactó en hacer “un gobierno
sin represión –por lo menos sin muertos-“. Quince de esos muertos corresponden
a la gestión técnica del señor Oscar Valdez. Técnicamente militar.
Agravó la situación las poco felices
declaraciones del gobernante. “Están
exprimiendo al muertito”, dijo lacónico pero hiriente. Por
supuesto que eso exacerbó los ánimos de la población cajamarquina. Acaso, por
eso mismo, “sin querer queriendo”, haya sido el mandatario quien propició las indignadas pintas en la Plaza San
Martín. También hay autoría mediata por
provocación.
Freddy Otárola el que lleva la voz
cantante en la bancada nacionalista dice que ellos no se sienten responsables
por esas muertes. Entonces, ¿se murieron de tristeza?
Diecisiete muertos por supuesto que pesa en el balance anual de
la gestión humalista. Y todo indica que esa tendencia continuará. Negar lo que
se hace, no es sino reafirmación de que se continuará haciéndolo.
Ante cualquier cosa que el señor
Ollanta Humala Tasso pretenda exhibir como logro de su primer año, siempre
habrá alguien que interrogue “Pero, ¿y los diecisiete muertos?”
La crisis económica se agravará, en consecuencia también las protestas. Y, todo hace pensar, igualmente el militarismo.
La crisis económica se agravará, en consecuencia también las protestas. Y, todo hace pensar, igualmente el militarismo.
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