CAJAMARCA
RAZÓN, VENTAJA Y LÍMITE
La
milenaria Cajamarca ha enfrentado muchas conquistas. Sin embargo, hoy se
apresta a enfrentar y lograr la mayor de sus conquistas. Está ante una
oportunidad histórica que acaso no se le vuelva a presentar en mil años.
Y,
nadie lo duda, le está costando sangre sudor y lágrimas. Ciertamente, nada
nuevo para los pobres que suelen así –de esa natural, aunque dramática manera-
lograr derechos, beneficios, conquistas y libertades. En todo caso, ahí está la
palabra de la historia –que también cuenta y cuenta bien- y sus hechos.
Se
requiere que el pueblo, con su infinita sabiduría, dimensione lo que tiene en
sus manos. Ciertamente es innegable que ha logrado arrinconar las pretensiones
de los grandes grupos de poder económico. Y no es cualquier cosa.
Empero,
todo debe hacerse con razón, ventaja y limite. ¿Cuáles son los límites de la
lucha del pueblo de Cajamarca? Pensamos que debe, en cuanto a tiempo, concluir
antes del 28 de Julio. Aunque eso pareciera una eternidad.
Lo
de “Conga no va”, por supuesto que constituye un sentir, un clamor, hasta una
sensible pasión sustentada en no pocos crímenes perpetrados por la minera
avalada por los sucesivos gobiernos de turno. Y, sin embargo, constituye
también una buena y bendita arma para lograr, precisamente, derechos,
beneficios, conquistas y libertades en pleno y efectivo beneficio del pueblo
cajamarquino, que es el segundo departamento más pobre del país. El pueblo
cajamarquino no es anti minero. Es anti muerte.
El
principal derecho es el derecho a la vida. El segundo, al trabajo. El tercero,
el respecto a su denominada bio diversidad. Negociar en función a lograr el
cabal respeto a lo planteado nos parece prudente y factible.
Nos
paree perfectamente factible lograr un diálogo nada menos que con el propio
presidente de la república. “Conga va, pero con condiciones” –y hablamos de
condiciones, no de mecidas ni burlas-, debiera tener la condición primera, sine que non, de diálogo con el señor
Ollanta Humala Tasso, sin intermediarios. No solo porque el mandatario de la
república tiene muchas cosas que responder –y no solo al pueblo cajamarquino-,
sino porque si el mismo ha dicho que se pone al frente del denominado
crecimiento macro económico, debe mostrarlo. ¿Tanto cuesta pedir disculpas a
los pobres, al pueblo, por tanta ignominia? En todo caso, pareciera que el
precio político no solo es seguir cayendo en vertical en las encuestas.
Apostamos por una salida política, no militarista.
Ojalá
esta vez el pueblo cajamarquino si pueda administrar de manera prudente el
éxito.
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