jueves, 16 de mayo de 2013

SUSPENDEN AUDIENCIA EN PROCESO CONTRA PRESIDENTE REGIONAL DE AYACUCHO


SUSPENDE AUDIENCIA EN PROCESO SEGUIDO 
CONTRA PRESIDENTE REGIONAL DE AYACUCHO


                                                       Foto: Corte Superior de Justicia de Ayacucho

Por presunto delito de negociación incompatible

Se suspendió la audiencia programada para hoy en el proceso que se sigue contra el Presidente Regional de Ayacucho, Wilfredo Oscorima Núñez y otros, acusados por el presunto delito de negociación incompatible en el caso de la compra de maquinarias y cinco vehículos.
Carlos Huamán De La Cruz, Juez de Investigación Preparatoria del Nuevo Código Procesal Penal, decidió suspender la audiencia de Control de Acusación, a petición del Ministerio Público y de los abogados de las partes, a razón de existir una incidencia en grado de Apelación que debe ser resuelto por la Sala de Apelaciones y Liquidadora de la Corte Superior de Justicia de Ayacucho, petición que fue admitida por el Juez  de Investigación Preparatoria. Sin embargo, una vez resuelta esta incidencia se reprogramará la audiencia.
El Fiscal Walter Alberto Espinoza Mavila argumentó que la suspensión de la audiencia, es por encontrarse el auto que declara Fundada la caducidad de la presentación e incorporación a la investigación preparatoria del Dictamen Pericial N° 02-2’13 y el Dictamen Parcial Aclaratoria N° 02A-2013, caducidad que tiene incidencia en el Requerimiento de Sobreseimiento y Acusación, por lo que es necesario que previo a que se realice la Audiencia Preliminar se determine si corresponde o no la caducidad de dichos peritajes.
Como se recordará, Wilfredo Oscorima Núñez, Tony Hinojoza Vivanco, ex gerente general, y otros funcionarios del Gobierno Regional de Ayacucho fueron denunciados en el 2011, por haber, presuntamente, malversado fondos públicos durante la adquisición de 19 máquinas y cinco vehículos. La denuncia presentada ante la Fiscalía Corporativa en delitos de Corrupción de Funcionarios terminó archivando gran parte de los casos, dejando pendiente de procesamiento el caso de una posible negociación incompatible.
Mientras tanto, esta mañana, cientos de personas se movilizaron por las calles de la ciudad de Ayacucho en respaldo a la gestión del Presidente Regional de Ayacucho. Sus principales detractores, desde una radio local, acusaron a los manifestantes de haber sido manipulados, llegando a calificar el espaldarazo como una "marcha de la corrupción".
Durante su intervención, Oscorima Núñez acusó directamente a esta radio de propiciar un ensañamiento en su contra a partir de intereses personales.

miércoles, 15 de mayo de 2013


Venezuela: El pueblo ya maduró
¿Qué Caracas quieres tú?

Hay una Caracas de Bolívar, otra de Carlos Andrés Pérez; una de la gente, otra no sé de quién diablos; una de los pobres, otra de la Globalización; hay una  Caracas del pueblo, otra de los imperialistas; una de  Nicolás Maduro, otra de Capriles; hay una Caracas de la Prensa boca a boca y otra de los grande medios de comunicación; hay una Caracas junto a Bolivia,  Cuba, Ecuador,  y otra que no se con quien se junta. ¿Qué Caracas quieres tú? Caracas no es una.
Lima,  Buenos Aires, La Paz, Santiago, Quito, Cali, tampoco lo son. Y es que uno se divide en dos.
A comienzos del siglo XIX, allá por las décadas del 10 y del 20, de Caracas venía todo: La Vida, la Libertad. Ahora  solo vienen dictaduras. Por lo menos eso dicen algunos.
El pueblo de Venezuela es quizá  uno de los más transparentes y poco contaminados con eso que –en las décadas de los 60, 70 y 80–  se conocía como revisionismo. Caracas no tuvo una CGTP, pero quizá eso explique su actitud más decidida cuando se trata de salir a las calles para defender la libertad. A Caracas nadie le enseñó aquello de que “con la violencia no se defiende lo conquistado”. Caracas es medio chúcara, medio silvestre, pero no por eso menos leal a la defensa de derechos y libertades democráticas.
Caracas pareciera haber sido forjada por la historia para nunca andar con medias tintas. No hay términos medios. “O estás aquí o estás allá”. O apoyas la denominada Revolución Bolivariana o no la apoyas.
En el siglo XIX, el pueblo de Venezuela mandó a Bolívar a que sirva a los países de la región como el Perú en su emancipación de yugo español; en el siglo XX, es el centro de las miradas para lo que podrían hacer y ser otros países.
Caracas no es Paris en el siglo XVIII, cuando los partisanos de La Comuna se enfrentaron nada menos que al ejército francés de Thiers y a las tropas invasoras de  Prusia –que humillaron al ejército que un día estuvo comandado por Napoleón, pero no pudieron derrotar el Ejército del Pueblo conformado por miles de obreros desharrapados–. 
Más de veinte mil muertos después, cuando Paris se tiñó de rojo intenso con la sangre de sus mejores hijos, la burguesía gala entendió que con los obreros, con la clase, no se juega. Y que si se trata de poner la cuota de sangre, simplemente la ponen. Porque cuando se trata de defender la libertad, el pueblo no hace cálculos ni se anda con cosas.
No sabemos si el señor Maduro está a la altura de la grandeza del pueblo venezolano. Quizá sea cierto que en  las horas actuales al pueblo venezolano le falte un Bolívar. Hasta hace poco un Chávez le alcanzaba para sintetizar sus demandas, hoy Maduro resulta deficitario.
Maduro es más diplomático que militar, más cazador de pajaritos que político. Tiene un cierto carácter de inocentón, de bebote grande. Le falta fuerza de carácter. Tampoco es un Correa de la fundamentación, de la palabra bien dicha y bien puesta. Y, de hecho, menos aún es un Chávez de convicción y fortaleza del alma capaz de mover millones de voluntades. Maduro no tiene el talente de la irreverencia para desafiar a monarcas imperiales. 
Seguro por eso, la derecha pensó tumbarlo con relativa facilidad. Y, casi lo logra. Más que por méritos de ella misma, por los errores del propio Maduro. Resulta sumamente expresivo que el gobierno de Nicolás Maduro se inicie mirando pajaritos en el aire. Hasta en el idealismo y la metafísica, todo tiene un límite.
Chávez ha ganado otra elección, esta vez más allá de la muerte. Acaba de sumar al chavismo su proceso electoral ganado número cinco, algo que no ha hecho, ciertamente,  ninguna otra organización política en el mundo. Es su victoria número 17,  de las 18 en las que ha participado.
Pero, cuatro meses atrás, el partido de Chávez, el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), ganó en 20 de los 23 Estados del país. En las recientes elecciones del 14 de Abril, Capriles ha ganado en la tercera parte de los Estados. El 07 de octubre del 2012, hace seis meses, Chávez Frías consiguió su cuarta victoria presidencial consecutiva alcanzando 8´191, 132 votos (55.07%) relegando a su adversario Henrique Capriles a la cantidad de 6´591.304 (44.31%), con más de 11 puntos de ventaja.
La máxima diferencia que logró Chávez contra su más cercano perseguidor, Manuel Rosales, un ex alcalde de Maracaibo, fue en las presidenciales del 3 de abril del 2006 con 26 puntos y una ventaja de casi tres millones de votos. La diferencia que acaba de obtener Nicolás Maduro sobre Henrique Capriles es de apenas 1,77 puntos porcentuales.
Lo cierto es que no ha ganado propiamente Nicolás Maduro, sino el llamado “Legado de Chávez”. La marcha en automático de la maquinaria que creó Chávez, ha ganado casi por inercia. El desafío del señor Maduro es que las cosas marchen no por la Ley de la Gravedad, sino por el trabajo de defender lo conquistado. Tiene que madurar haciendo lo que es una necesidad para el pueblo venezolano.
En síntesis: Maduro no está maduro. El pueblo venezolano si lo está. Deberá madurar al calor del servicio al pueblo de todo corazón. O, ¿de qué otra manera se puede madurar sino es sirviendo al pueblo de todo corazón?
Aun con las muertes de siete hijos de Venezuela, Caracas no era, no es Paris.  Pero estaba dispuesta a serlo si se trataba de defender eso que –como se llame– les sirve, les da de comer, los viste, les atiende cuando se enferman, les educa. Porque para eso tienen petróleo y tienen derecho a vivir del  petróleo. ¿Si Inglaterra casi todo el siglo XVIII vivió del carbón y de la hulla por qué Venezuela no puede vivir del petróleo, si produce más de un millón de barriles diarios de crudo? O, ¿quiénes deben disfrutar de esa bendición de  la naturaleza? O, ¿es que el petróleo venezolano debe ser para un puñado y no para el pueblo?
Para los venezolanos, en tanto no haya algo mejor, también vale y sirve el denominado “Estado de Bienestar” el mismo que de una u otra manera también tuvo y tiene el propio EE.UU. 
O, ¿Cuántos Estados en el mundo pueden darse la satisfacción de subsidiar a su población desempleada por seis meses y hasta un año como ocurre también en muchos países de Europa? Eso mismo que los europeos de la pos guerra ahora extrañan, que no es sino la leve función del Estado cumpliendo su –valga la redundancia– función de atender las necesidades de su población en cuanto a sus más elementales Derechos Fundamentales, también le asiste al pueblo venezolano, sino para qué sirve la maquinaria estatal que vive del impuesto de las inmensas mayorías.



Foto: Maduro es más diplomático que militar, más cazador de pajaritos que político. Tiene un cierto carácter de inocentón, de bebote grande. Le falta fuerza de carácter

Margaret Thatcher:
La que parió dos crisis

La señora Thatcher no se fue en olor a multitud, como el satanizado Hugo Chávez. Murió ella casi privadamente; él, en cambio, acaso demasiadamente público, aunque partieron casi al mismo tiempo. Se fue la dama neoliberal, ciertamente, acorde con el neoliberalismo que promovió: privatísimamente.


Murió. Pero se fue embarazada de individualismo y de soledad. Fue no solo militante madre del neoliberalismo, sino mujer, amante. Y, como buena adepta y leal al amo al que sirvió con mucha convicción como ella misma dijese –“Soy una mujer de convicciones”–, aceptó pasar sus últimos días en el asilo neoliberal del olvido. Seguramente por eso alguien preguntó: “¿Qué, ya no se había muerto?”.
El propio Financial Time le dedicó acaso un tardío tributo por los servicios prestados. Seguramente porque el contexto de profunda, larga y sostenida crisis del neoliberalismo y la globalización no está exactamente como para celebrar nada. Menos aún pueden celebrar las millones de víctimas del llamado “Ensayo del Modelo Neoliberal” no in vitro, sino directo a la vena y vida de los más pobres. Seguramente por eso, también, en la propia Inglaterra, muchos destaparon botellas de celebración.
Sin embargo, la señora Thatcher llevaba en su vientre –por lo menos desde fines de los setenta, cuando empezó su gesta individualista, cuando pretendió convencer al mundo que el ser humano no es un producto social, sino hechura individual– dos crisis que, ciertamente, no nacieron a los nueve meses como en el común de las mujeres, sino casi treinta años después.  La primera, en 1998 y, unos diez años a continuación, la segunda, en el 2008. Fue pregonera y agorera de crisis, acaso estúpidamente sin saberlo.
Se creyó el cuento y quiso hacerlo creer a otros que el capitalismo, por naturaleza, por esencia, no genera crisis económicas cada vez mayores, sino que ese pequeño problemita obedecería a una circunstancia estatal. Hoy, quienes la usaron, ya no hablan de “El fin de las crisis económicas”, sino que las reconocen como parte del sistema, para las que “lo único que queda es estar preparados” y enfrentarlas como quien espera un terremoto casi seguro en algún momento en Chile o Japón. Por lo menos así lo entiende nada menos que quien es gerente de investigaciones del BID para la región de Latinoamérica.
La tragedia de la señora Thatcher residía en que mientras negaba las crisis económicas del capitalismo, estaba ya embarazada de esas crisis. Claro, aceptó de buena gana su empollamiento porque de hecho eso a ella no la afectaría.
La denominada “Dama de Hierro”, fue la primera negando la esencial condición y producto social del hombre. Si hasta olvidó que incluso para que ella misma naciese tuvieron que juntarse dos.
¿Qué otra parte del universo –de algún confín de lo infinito– le aceptará para que alumbre esos engendros de individualismo y de egoísmo? Se fue aunque, lamentablemente, con su muerte no se fueron el individualismo y el egoísmo. Una pena, porque siendo ambos la raíz misma del neoliberalismo debieron acompañarla y para siempre.

La sentencia de la historia
Sus relativos iniciales llamados logros –si así se puede considerar a negar toda clase de derechos a millones de seres humanos en el mundo, en el caso de Inglaterra con más de 3 millones de despedidos a costa de quienes incluso la propia señora Thatcher vivió–, el tiempo se encargó de desmentirla.
Cierto que Inglaterra antes de ella estaba mal, pero ahora, luego de la terapia económica impuesta por ella, se encuentra mucho peor. En todo caso, China estaba también mal en ese contexto mundial. Casi tres décadas después, resulta innegable que se proyecta como la superpotencia mundial que competirá de igual a igual con EE.UU. en un eventual mundo Bipolar que se avizora. La “Vieja Zorra” inglesa –como le llamaban sus enemigos– en cambio, transita cada vez más profusamente por una recesión de la que no logra salir.
Un rendido admirador de la señora Thatcher, el Nobel de literatura Mario Vargas Llosa, dice algo sumamente expresivo al respecto: “Por supuesto que los sacrificios fueron enormes, pero, sin los cambios que ellos significaron, el Reino Unido estaría ahora mucho peor de lo que está”. Debe entenderse eso como que “está peor”, solo que “no mucho”.
¿Quiere decir que la señora Thatcher avizoró esa perspectiva para su país hace más de 30 años y lo que hizo fue para que ahora los ingleses “no estén mucho peor”?
En todo caso, dentro del camino capitalista, Teng Siao Ping con su capitalismo estatal, usando abiertamente al Estado como palanca, tuvo “mejores logros” que la señora Thatcher. De modo que, dentro de un sistema como el existente, eso de renunciar al Estado, resulta un despropósito. ¿Y los propios grandes monopolios imperialistas no han sido salvados gracias al Estado?
Teng y Thatcher, casi al mismo tiempo –1976 y 1980, respectivamente–, iniciaron el recorrido del mismo camino. El primero lo hizo usando abiertamente el Estado; la segunda, renegó del Estado incluso como ente estratégico planificador de grandes proyectos.
Claro, no es que en China el Estado esté al servicio del pueblo. Sucede que Teng aprovechó todo lo construido por el socialismo y lo puso al servicio del capitalismo, algo parecido a lo que hizo Putin en Rusia.
Tampoco, resulta del todo cierto el que se diga que gracias a ella y a su socio Ronald Reagan cayó la llamada “Cortina de Hierro”. El también denominado “mundo socialista”, ya se encontraba en profunda crisis y descomposición.
Y es que, desde la muerte de Stalin, en 1954- hasta 1980, cuando aparecen en escena la pareja Thatcher – Reagan, la entonces Unión Soviética llevaba casi tres décadas de involución, de acelerados pasos tendientes al restablecimiento del capitalismo.
De manera que el Rush final del hundimiento de la ex Unión Soviética, cierto que se dio en la última década, cuando el neoliberalismo y la globalización empezaron a implantarse en Inglaterra, Chile y querían que se aplique también en Bolivia. Pero fue la naturaleza interna de las contradicciones soviéticas las que llevaron a la caída del emblemático símbolo de la Guerra Fría: la “Cortina de Hierro”. Y claro, Gorbachov fue pieza importante en esa destrucción.

La ciencia nunca es justa

Hay quienes se lamentan de que la controversial “Dama de Hierro”, que genera pasiones encontradas, no haya recibido un Premio Nóbel en Economía y que incluso su propia Alma Mater, la universidad de Oxford, no le otorgase el Honoris Causa. Y hasta se quejan de que los intelectuales y académicos no la aprecien. La explicación de esta supuesta injusticia científica, estaría, a entender de algunos, en que la “clase intelectual siempre la odió”. Por lo menos así piensa el señor Vargas Llosa.
Lo cierto es que la señora Thatcher no es la Stephen Hawking de la economía. El tiempo, como el mejor aliado no solo de la historia, sino principalmente, de la verdad, ya dio su lento pero incontrovertible veredicto: No estamos ante “El último hombre y el fin de la historia”, sino que “hay un universo en infinita expansión que tiende hacia algo más promisorio y distinto al que se nos ha acostumbrado a ver.

Foto
Se fue la mujer del Neoliberalismo. Pero también la madre del individualismo, del liberalismo en el denominado Mundo Moderno.


Servicio militar obligatorio

Unos ponen la vida, otros la panza

Desde los tiempos de las Legiones Romanas siempre se reclutó a los jóvenes por la fuerza.  Históricamente, servir a los ejércitos siempre ha sido una obligación. Históricamente, también, se movió el altruismo de servir a la patria. Las mujeres espartanas solían enviar con alegría a sus hijos a la guerra. Pero, hoy ya no se ven grandes ejércitos desplegados. Se ve carencia de Aquiles, de Aníbales y de Espartacos. Hoy se habla de ejércitos pequeños, pero profesionales. Y en el Perú hay un notorio retroceso en la política de la defensa nacional, pretendiendo soldados cuasi esclavos. ¿Buscando quizá un ejército profesional de esclavos? Y, ¿la mejor manera de servir a la patria es solo empuñando un fusil? No parece, en todo caso, algo muy pacífico que digamos.

Durante la Segundo Guerra Mundial, la Rusia de Stalin movilizó a toda su población. Cada poblador era un soldado. Así derrotaron a Hitler. Hoy, la deserción militar, en la Rusia de Putin va en aumento. Algo similar ocurre en los ejércitos de EE.UU. e Israel, aunque en este país, aún ahora, no dejan de enrolarse movidos por el misticismo sionista.
Los yanquis, durante la Primera Guerra Mundial, pusieron un millón de hombres. Hoy, en pleno siglo XXI, su ejército está compuesto en buena parte por inmigrantes voluntarios, latinos, por ejemplo, a los que se les ofrece a cambio de su servicio al ejército, la residencia norteamericana. Aun así no deja de ser la primera potencia militar del orbe, con alrededor de 800 Bases Militares desplegadas en todo el mundo.
Pero, es bien cierto también que prácticamente toda la población estadounidense está armada, aunque pareciera no saber a qué enemigo apunta. Preocupado, el señor Obama acaba de pedir al Congreso apoyo “para frenar la violencias de las armas”. Algo que pareciera ir en contrario en uno de los países más armados y violentos del planeta.

HAGA EL AMOR Y NO LA GUERRA
Los jóvenes cada vez más se muestran menos dispuestos a la guerra. No pocos soldados norteamericanos regresaron decepcionados de la guerra en Irak y Afganistán a las que se les convocó para la supuesta lucha del “bien contra el mal” o por “La Libertad, la Democracia y la Paz”.
Y, por cierto, está en ellos el recuerdo de Vietnam con –según últimas investigaciones– cuatro millones de muertos en los 60 del siglo pasado y la propia guerra de Corea en los 50 con más de dos millones de muertos. Eran los tiempos en los que los hippies decían “Hagan el amor y no la guerra”. Quizá por ello, EE.UU. promovió los “Ejércitos de Uno”.
La idea que se vendía era que un individuo como “Rambo” derrotaba a todo un ejército enemigo. Hoy los jóvenes estadounidenses ya no creen en eso y no pocos han empezado a disparar a su propia población. Triste y lamentable, pero trágicamente cierto.
Salvo los ejércitos de la República Popular de China, de la República Popular Democrática de Corea del Norte, o de la República Popular de Cuba, así como el de Irán, la tendencia en Occidente es hacia ejércitos pequeños.
El Perú no parece ser la excepción. Apenas el 30% de soldados que requiere el ejército peruano logra cubrirse. Dicen que se requieren 18 mil, o sea que hay un déficit de alrededor de 12 600 conscriptos. Otros señalan que el ejército necesita 60 mil soldados. Aunque el ejército de Chile, con la venia imperial yanqui, crece y se arma cada vez más al influjo del 10% del canon al cobre.

EL PROBLEMA DE LA MORAL
En Corea del Norte es obligatorio enrolarse en el denominado Ejército Rojo. Ningún joven escapa a eso. Pero, en el servicio los preparan y los profesionalizan en los campos de las ciencias y de las necesidades laborales del país. En China es algo similar. También en Cuba, donde, igualmente, todos son preparados desde muy niños para defender a su patria.
En el Perú, más del 90% de soldados que salen de los cuarteles no saben lo que son ni a dónde van. “Entran con una propina de 256 soles y salen –con suerte– con una propina de 356 soles”, a decir nada menos que del propio jefe del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas, almirante José Cueto.
En EE.UU, las fuerzas armadas, como cualquier empresa o entidad laboral, se disputan a los jóvenes a cambio de profesionalizarlos y de una remuneración tentadora. Acá se les lleva como “carne de cañón” al VRAEM a cambio de 256 míseros soles y en no pocas ocasiones se les abandona a su suerte.
Más de un acongojado padre se ha visto en el conmovedor drama de buscar a sus hijos en zona considerada de guerra para, por lo menos, rescatar el cuerpo de su ser querido. Y encima, los soldados que denuncian esta situación son enjuiciados por su comando. De modo que resulta evidente el maltrato a los jóvenes provenientes históricamente del ejército de los pobres.
El ejército del Imperio Incaico estuvo conformado por soldados de grupos, nacionalidades y etnias derrotadas por los Quechuas, pero que permanecían ahí a cambio de una alimentación segura. Esa situación, precisamente, fue aprovechada por las huestes de Pizarro, para dividir al Tahuantinsuyo.
En tiempos de la Guerra por la Independencia, a comienzos del siglo XIX, Bolívar conformó un ejército de voluntarios integrado en buena parte por siervos y esclavos a los que se les ofreció la libertad a cambio de su servicio a la patria. Los terratenientes pusieron a sus “fuerzas” que defendían sus feudos, a cambio de tierra y dinero una vez lograda la Independencia. Otros, pusieron dinero con la condición de que luego se les devuelva con creces. Quizá por eso, una vez terminada la denominada “empresa libertadora” un puñado de individuos que “invirtió” en el proceso emancipatorio, se hizo millonario a costa de las arcas de la naciente República del Perú.
Durante la denominada Guerra del Pacífico, un historiador francés señala que cuando a los soldados chilenos se les preguntaba por qué luchaban respondían “por mi patria”; y cuando se les preguntaba lo mismo a los soldados peruanos, decían “por Piérola” o por “Iglesias”. Eso era en la costa, pero en las profundidades de la sierra las masas sí sabían por qué luchaban.
En los 80, en el Perú, muchos jóvenes –a los que el ex mandatario García Pérez manifestó su admiración “por su mística”; a los mismos que un alto oficial de la marina, concluida la Batalla del Frontón, se refirió diciendo: “Con cien de estos le ganábamos la guerra a Chile”– se incorporaron a la subversión, que llegó a controlar casi dos tercios del territorio, bajo la aspiración de tomar el poder. Ciertamente, también hubo desbande y deserción en las filas de la subversión.
Durante la crisis argentina en el 2001, con el denominado “corralito”, miles de jóvenes se enrolaron al ejército porque así obtenían un ingreso seguro en medio del desempleo que azotaba a la nación gaucha. Actualmente, en el contexto del tema de Las Malvinas, la mandataria argentina piensa estimular el espíritu nacional en su país.
En síntesis, voluntarios u obligatorios, los ejércitos –regulares o irregulares- siempre contaron con un estímulo, con una motivación, con una convicción. En buena cuenta: con una moral de por medio. Napoleón decía que en la guerra el setenta por ciento es moral. Clausewitz, el gran estratega militar prusiano, precisaba que el problema de la guerra es de “Resolución” y que resolución es tener absoluta convicción.

BUENOS VOLUNTARIOS
El presidente de la república, Ollanta Humala Tasso, llamó a los jóvenes para que realicen el Servicio Militar Voluntario “para que sean buenos ciudadanos”, precisó.La pregunta sería: ¿solo de las botas salen buenos ciudadanos? ¿Cómo se explica en todo caso el cuestionado convenio con supuestos expertos israelíes, durante la administración anterior,  que implicó un gasto de unos 45 millones de soles que bien pudieron servir para darle, más que propinas a los soldados, un salario digno?
El señor Isaac Humala, por su parte, dijo que “en un país así (haciendo alusión a la guerra con Chile), estar contra el Servicio Militar Obligatorio es una cobardía”. En todo caso, suponemos que no se refiere a los pobres, a las masas que siempre defendieron nuestras fronteras con sus propias vidas, como en Leticia a comienzos del siglo XX.
Sin embargo, es bien cierto también que la tendencia hoy en el mundo es de ejércitos conformados por voluntarios que deciden enrolarse por vocación militar. Y, sin embargo, es igualmente cierto, que luego de la Segunda Guerra Mundial las potencias han promovido ejércitos de mercenarios. Este es el caso de Libia, para derrocar al dictador Gadafi, o lo que viene sucediendo en Siria, otra muestra. En muchos casos se recluta a la escoria, la lumpenería, con propósitos políticos de echarse abajo al régimen o gobierno que no está acorde con los mandatos imperialistas.
Hasta la Segunda Guerra Mundial, ser militar era todo un honor. Llenaba de bríos y de prestigio.  Hoy el desprestigio y la opinión pública en contra de los ejércitos a nivel mundial son cada vez mayores. En España, Inglaterra, Italia, Francia, Alemania, Estados Unidos, entre otros, sus pueblos exigen el retiro de sus fuerzas armadas de las zonas y regiones que invadieron. Ya los norteamericanos experimentaron una situación similar durante la guerra de Vietnam en los 60 y la guerra de Corea en los 50.
Quizá sea porque hoy no hay un De Gaulle, o un Montgomery o un Molotov. Como tampoco hay estrategias como Roosevelt, Churchill o el mismo Stalin. Quizá sea también porque luego de la Segunda Guerra Mundial, en cada conflicto bélico en el mundo, el 80% de las víctimas son civiles.

GUERRA SIN FRONTERAS
Solo en los límites con Ecuador, el Perú tiene alrededor de 1,600 kilómetros de frontera que cuidar –similar en los límites con Chile–, pero la mayoría de los escasos soldados están abocados a la denominada Guerra contra el Narcotráfico, en el VRAEM. Pareciera no tenerse claro las fronteras de la guerra por la defensa de la soberanía nacional.
Pedro Yaranga, un entendido en lucha antisubversiva dice que a los soldados reenganchados que están en el VRAEM se les debe dar como incentivo un sueldo mínimo, es decir, 750 soles, porque son los que tienen experiencia que no se debe desaprovechar. Precisa que “los que van al VRAEM son los más pobres de la selva, pero van por su propia voluntad”.
Al respecto, el general en retiro Roberto Chiabra, ministro de defensa durante el gobierno de Toledo, dice que se debe dejar “ya de maltratar a los soldados; que aporten las empresas y los gobiernos regionales. Que sea un sueldo mínimo lo que se les dé”. Y se muestra partidario de que servir a la patria sea voluntario, como en cualquier profesión. Chiabra criticó de facilismo y discriminadora la cuestionada norma “a razón de que solo los estudiantes universitarios estarían exonerados del servicio, y no los de institutos técnicos, así como los que puedan pagar la multa de s/. 1,850”, precisó.

ESTRATEGAS CONFUNDIDOS
El Jefe del Comando Conjunto de las fuerzas armadas, José Cueto, dijo que “los reclutas no son carne de cañón”. Considera que “lo que algunos pretenden es amedrentar a los jóvenes, hacerles creer que servir a su patria es grave y que serán enviados al VRAEM”.
Casi en los mismos términos se pronunció el propio premier, Juan Jiménez Mayor, remarcando que los jóvenes no serían enviados al VRAEM. Empero, casi inmediatamente también salió nada menos que el viceministro de defensa, Sánchez De Bernardini, a enmendarles la plana. “A los seis meses, ya están listos para ir al VRAEM”, apuntó.
“El Ejecutivo tiene que entender que no se pueden hacer las cosas a patadas” (O sea, a la guerra), comentó por su parte la congresista pepecista Lourdes Alcorta.



Qali Warma.
¿”Niño vigoroso” o Niño engañado?


El programa Nacional de Alimentación Escolar denominado “Qali Warma” (“Niño Vigoroso”) arrastra el velo de la corrupción e insensibilidad en sus entrañas bajo la modalidad de estafa. Vende, en ciertos lugares del país, gato por liebre. Esa sensación produce a solo dos meses de su puesta en marcha.

El negocio de algunos consiste en vender alimentos descompuestos que son un permanente riesgo para la vida y salud de 2,7 millones de niños pobres del país. ¿O debería alguien estar preso por esos criminógenos atentados más aún por el agravante de afectar a los seres más débiles e indefensos como los niños? O ¿como se trata de niños pobres sus vidas no valen nada?
Las respuestas benignas, las aclaraciones burocráticas, las minimizaciones y –para usar una palabra de moda del Gobierno las trivializaciones no deberían de estar en el “rubro” de atenuantes, sino de agravantes. Lo cierto es que hay sospechosas complicidades por acción o por omisión.
La jefa de Qali Warma, señora Guiselle Romero, luego de los primeros hechos de alimentos malogrados en Puno y Pasco salió con explicaciones francamente triviales y justificatorias.
Lo cierto es que en lugar de comprometerse a investigar a fondo hasta sancionar a los responsables, hizo algo similar a lo que hiciera la alcaldesa de Lima, Susana Villarán, cuando desbordaron las presas del río Rímac.
Doña Susana salió a defender a la empresa brasileña como si fuese accionista en lugar de exigirle que responda por la exposición al peligro de la ciudadanía ¿Era la alcaldesa de Lima o la abogada de la empresa?
Y ¿la jefa de Qali Warma trabaja por la vida y salud de los niños o por encubrir indignantes indolencias de algunos?
Lo cierto es que, desde el 4 de marzo, cuando se lanzó Qali Warma, han transcurrido apenas dos meses, pero hay ya más de una decena de niños afectados. Alguien podría argüir que son pocos los casos en comparación con el porcentaje total de beneficiarios. Nada. Así se trata de un solo niño.
El jueves 25 de abril, en Casma, distrito de Yautan, cinco niños se intoxicaron luego de consumir leche descompuesta. En dos de los casos se confirmó la intoxicación.
Ese mismo día, en Pasco, distrito de Paragsha, en el colegio San Andrés, el fiscal constató el almacenamiento de panes y mermeladas en mal estado que iban a ser distribuidos a los niños.
Pero, en marzo, ya se habían registrado por lo menos dos casos; uno en Puno, con niños que sufrieron vómitos; otro en Pasco, que motivó la indignación de más de 300 padres de familia.

Nuevos nombres, viejos males

“Niño vigoroso” vino a reemplazar a lo que fue el PRONAA, pero no ha resuelto viejos y rastreros fardos que, más que negligencias, resultan hasta el momento impunes atentados contra los niños más pobres.
El director de la consultora “cocina, identidad y territorio” y también miembro de la Asociación Peruana de Gastronomía (Apega), Andrés Ugaz, uno de los principales responsables del diseño del programa, se esfuerza para explicar la prolijidad y cuidado que habrían tenido en el estudio e investigación. Precisa que estuvo en la experiencia de la implementación del programa en colegios de Huanta, Ayacucho.
Conmovedor esfuerzo pero que no alcanzó para evitar la afectación a no pocos niños que resultaron maltratados por un programa que, se supone, debiera ir a ellos con la mayor sensibilidad.
Para la jefa de Qaliwarma, el principal desafío es la accesibilidad, es decir, llegar a la mayor cantidad de los 2,7 millones de niños a los que se busca beneficiar.
Sin embargo, con una vieja práctica corrupta de por medio subyace el riesgo que mientras más se extienda el programa, más niños terminen consumiendo productos malogrados.
Hasta el 21 de abril se supo que la cobertura era del 60% de los 47 mil colegios. En todo caso, el desafío urgente es contar con gente sensible con la problemática de pobreza de millones de niños.
En la fase de diseño del Programa estuvo comprometido el Banco Mundial (BM) y el Programa Mundial de Alimentación (PMA) de las Naciones Unidas.
Susan Guldmark, director del BM para Bolivia, Chile, Ecuador, Perú y Venezuela, dice que pusieron énfasis “en mecanismos que permitan medir de forma periódica la satisfacción de los usuarios”. Se entiende que los usuarios son los niños, ¿Cuáles son esos mecanismos para medir su satisfacción?
Y agrega que son parte del apoyo prestado “el diseño de estrategias de monitoreo social”. ¿Y ese monitoreo sirve para detectar cómo y por qué se entregan alimentos en mal estado a los niños?
Finalmente, la funcionaria mundial, no exactamente puso las manos al fuego por nadie, pero dijo algo muy expresivo: “a través de un programa que provea alimentos con altos estándares de calidad (…) y aplicado mecanismos de transparencia que permitan alejar la corrupción”.
Lo cierto es que la corrupción parece estar más Qali (vigorosa) que nunca en “Qali Warma”
Para Andrés Ugaz “el éxito de este nuevo Programa de alimentos depende la vigilancia de la población”.
Muy bien, tómese entonces en ese sentido el presente informe periodístico.



El lanzamiento del programa Qali Warma en Huanta no fue tan auspicioso. A pocas semanas del fastuoso lanzamiento, una serie de denuncias comenzaron a llover. En Huamanga, por ejemplo, padres de familia de la institución educativa de Yanamilla denunciaron irregularidades en uno de los proveedores.

Los fondos del negacionismo

De Copérnico a Stephen Hawking.
La criminalización de la opinión y el sagrado arte medieval de imponer las ideas por Decreto.


Desde que el 28 de agosto del 2012 el Ejecutivo remitió al Parlamento el Proyecto de Ley del Negacionismo Nº 1464/2012-PE han transcurrido casi ocho meses. En mayo, precisamente a los nueve meses, el Pleno debatirá dicha norma. La preocupación es que pareciera que nos aproximamos al alumbramiento de un engendro contra la Libertad de Opinión, de Pensamiento y de Crítica, así como de otras tantas Libertades y Derechos.
Acaso uno de los principalísimos problemas que tenga la cuestionada Ley sea la de pretender imponer las ideas por Decreto, lo que no solo acarrearía consecuencias penales contra los tenidos como infractores dolosos, sino que iría abiertamente contra lo que considera la moderna enseñanza educativa internacional respecto también a este tipo de problemas sensibles.

Profanadores de lo sagrado
Precisamente cuando a nivel internacional hay quienes hablan de un “Pensamiento débil” acorde con la crisis de la civilización denominada pos moderna y otros, particularmente en la Italia de Virgilio, plantean la necesidad de un “Pensamiento Profanador” a la esencia del capitalismo –que no es de usus, sino de ab usus, es decir de Destrucción- que vive acaso la más seria, grave y profunda de sus crisis económicas desde el crack del ‘29.
La contrapropuesta a la denominada Ley del Negacionismo es que a nivel de las ideas nada debiera ser considerado sagrado, intocable. Nada. Trátese del tema que se aborde. Y que, en todo caso, los excesos para la práctica de la Libertad de Expresión ya están contemplados constitucional y penalmente para todo aquel que se considere lesionado en su honra, sentimientos o muy comprensibles sensibilidades especificas y concretas.
Al connotado científico Stephen Hawking, aun con toda la grandeza de sus  teorías, por lo menos desde fines de la última década del siglo XX pretendieron impedirle su pensamiento por chocar con teorías metafísicas religiosas, que, por cierto, son también sensibilidades de fe, de creencia, o de tradición cultural como se le puede considerar. Pero debiera comprenderse también que la verdad será siempre inevitablemente hiriente, dolorosa.
“Nuestro Universo no necesitó ninguna ayuda divina para formarse”, dijo casi lacónicamente el científico inglés, pero fue suficiente para que nada menos que el propio Papa de entonces, Juan Pablo II, advirtiera a la Comunidad Científica respecto al estudio del momento de la creación dado que era asunto sagrado.
Y es que Hawking es un irreverente Negacionista Científico del Idealismo y la Metafísica. Es un profanador de lo considerado sagrado. Todo científico lo es. Todo comprometido con la verdad también lo es. “¿Por qué estamos aquí? Me alegro no ser arrojado a la Inquisición”, dijo recientemente en una concurrida Conferencia realizada en Pasadena, Los Ángeles, EE.UU., en la semana del  20 de abril del presente.

Cuestionando a Copérnico
Punto de trascendencia en la educación competitiva resulta el cuestionamiento de las cosas, de lo dado, que no es sino preguntarse el porqué de las mismas. Interrogarse, por ejemplo, como lo hiciera Copérnico en el siglo XV, respecto a los dogmas religiosos de entonces como el que la tierra era el centro del Universo y que el sol giraba en torno a ella.
En todo caso, Jonathan Holsen y Sarah Gross, profesores de la Escuela Secundaria Pública de Alta Tecnología de Lincroft, Nueva Jersey, proponen “un cuestionamiento constante de lo que se aprende”. Así lo plantean en su obra titulada: “Cinco hábitos de grandes estudiantes”.
Lectura, Redacción, Evaluación, Aprendizaje Colectivo y Cuestionamiento de lo aprendido, constituyen la columna vertebral de la propuesta educativa. Repárese la importancia que le otorgan al cuestionamiento de lo aprendido. Sin embargo, en nuestro país fuerzas retrogradas, de oscura procedencia medieval promueven el cuestionamiento como algo punitivo, como delito, como crimen.
El delicado asunto de los cuestionamientos de las ideas, el gobierno de Ollanta Humala Tasso pretende criminalizarlos. Algo que no se condice con lo de “Sociedad Educadora” de la que habla el denominado Plan de Educación Nacional. Prueba de que en el campo ideológico, el Estado Peruano, en particular, continúa arrastrando viejos lastres feudales y semifeudales propios de la Inquisición.
De hecho el razonamiento verbal y matemático, en los que nuestros niños y jóvenes andan en un milenario atraso, no solo obedecen a la desnutrición, sino, precisamente, a esa forma aun feudal de la enseñanza en el Perú que tiene un atraso de más de 70 años.
Si como se espera el Debate sea de calidad política e ideológica, tanto como filosófica, dado que se trata nada menos que del primer poder del Estado, debieran abordarse todas las aristas e implicancias que tendría la controversial norma de aprobarse.
La norma del Ejecutivo consta de apenas un solitario Artículo, el 316° – A, que se incorporaría al Código Penal. Toda la motivación de la misma está basada en la jurisprudencia internacional respecto al Negacionismo del Holocausto Nazi realizado por Hitler durante la Segunda Guerra Mundial.

Hay Sensibilidades y “Sensibilidades”
Por cierto, son los judíos los que por considerada afectación directa se pusieron al frente de esos Negacionismos realizados por los seguidores del nazismo. Es decir, los mismos que por décadas mantienen en eternos campos de concentración al pueblo Palestino impidiéndoles su derecho a constituirse como nación. Pareciera que solo existe el reclamo de sensibilidad para algunos, no para los otros, para los considerados enemigos.
Así, resultaría que una encendida o apasionada opinión, por mucho que no guste valga la redundancia  dentro del terreno de las ideas, podría considerarse como lesivo para la sensibilidad de quien no comparta dicha expresión y, se sienta, por tanto, lesionado, afectado por las palabras que ofenderían su dignidad humana.
El pequeño detalle es que durante la guerra interna en nuestro país, un cruento como doloroso enfrentamiento entre peruanos, hubo víctimas de uno y otro lado. De hecho no se trata de contraponer sensibilidades de unos y otros.
¿Cómo se ajusta, cómo se contempla, en esta norma, por ejemplo, la sensibilidad de los Familiares de La Cantuta o de Barrios Altos, de Accomarca, Vinchos, Cayara, Los Cabitos o la de los familiares de los periodistas asesinados en Uchuraccay, que escuchan permanentes Negacionismos provenientes del propio ex mandatario Alberto Fujimori o del señor García Pérez respecto al caso de El Frontón, pese a haber una expresa Resolución de la CIDH al respecto?
Y ¿no resulta acaso enteramente coherente que, cuando se trata de crímenes de lesa humanidad, como los perpetrados contra el pueblo Quechua en los Andes Peruanos o contra los negros en el continente africano o contra los nativos de la selva o contra los indios del Oeste americano, etc., dichos crímenes no prescriben en el tiempo? ¿Cómo quedan esos genocidios históricos, esos Negacionismos Históricos contra los más pobres aquí y en el mundo?
Por comprensible y respetada sensibilidad de todos los peruanos, el Gobierno debiera promover una seria como responsable política de Reconciliación Nacional.

Otros derechos negados
No más de cinco ideólogos del denominado Negacionismo o también conocido en Europa como el “Revisionismo Histórico”, han sido sentenciados. Unos fueron sentenciados como “Negacionistas Categóricos”, otros por “Negacionistas Desviacionistas”, pero también hay los catalogados como “Negacionistas Trivializadores”. No todos purgaron prisión. Y si lo estuvieron, salieron antes del año de carcelería. Aquí la draconiana norma Negacionista exige hasta ocho años de prisión. Y la norma tampoco estipula grados de Negacionismo.
Por razones como esas, además de la censura previa, nada menos que el organismo internacional de Derechos Humanos, Human Rigth Watch, ha hecho llegar sendos documentos al propio Presidente de la República, al Presidente del Parlamento y otras instancias pidiendo que la cuestionada norma se archive.
Entre otros varios reparos que afronta la norma presidencial figuran también la descontextualización de la situación del Perú, que no es ni la de los 80 ni se parece en nada a la de la Alemania nazi, ni a la situación de pos guerra en Europa. Incurriría, además en una doble sanción para un mismo delito: una por el acto en sí y otra por negarlo.
Además, como bien se ha insistido, el Proyecto vulneraria el Derecho a la Defensa, Pero, también, eximiría al Estado de toda responsabilidad lesiva en la que incurrió por la aplicación de una línea y política no exactamente respetuosa de los Derechos Humanos, a lo que algunos llaman “Terrorismo de Estado”.  La base de esto residiría en confundir la Verdad Histórica con la Verdad Oficial.
Resulta inconstitucional también en cuanto a que restringe el Derecho a criticar y cuestionar las Sentencias de los Jueces, del Poder Judicial. Lo cierto es que mientras más tiempo transcurre, más problemas se evidencian en la Ley del Negacionismo.


Lágrimas de Renuncia


En medio de conmovedoras lágrimas, el  jueves 11 de abril renunció al cargo que ocupaba la nacionalista Elsa Malpartida, luego de la campaña mediática por haber aceptado, en el juicio –al que acude en calidad de testigo– que se le sigue a Florindo Pérez Hala (“camarada Artemio”), de que Sendero Luminoso la nombró en los 80 como “Comisario Logístico”, en algún lugar de las profundidades de la Selva –a donde, por cierto, el Estado nunca llegó–, “cargo” que según la ex congresista nunca ejerció ni fue detenida por eso, ni fue enjuiciada, menos condenada y nunca, por tanto, purgó condena. Y, más aún, puso en conocimiento del Ejército en su momento.
Aun así, pese a las explicaciones pormenorizadas que dio la señora Malpartida, un cierto sector siempre especialísimamente implacable en estos casos, pidió su cabeza en una suerte de ya lugar común de persecución hasta el fin de sus días de quienes estuvieron ligados directa o indirectamente con la subversión, aun en el caso que hayan cumplido sus condenas y hayan, por tanto, pagado su delito.
Pero, es la misma prensa que no duda en acusar al Gobierno del señor Ollanta Humala Tasso de persecución contra el ex dictador Alberto Fujimori, alguien que, por cierto, sí está condenado, entre otras cosas por crímenes de lesa humanidad, pero para quien, además, exigen en términos más que altisonantes –hasta de amenaza– el otorgamiento de la gracia presidencial de Indulto Humanitario. Por supuesto que le asiste tal derecho, como a cualquier peruano que se encuentra en esa situación.
Al momento de renunciar, la nacionalista Elsa Malpartida declaró a los medios de comunicación diciendo: “Ojalá que puedan dormir tranquilos con su conciencia por haber dejado sin trabajo a una campesina (cuyo único delito) fue vivir una circunstancia terrible que no se la deseo a nadie”.
El tema de fondo sigue siendo, por Derecho Constitucional y Democrático, si quienes ya pagaron su delito por haber estado involucrados directa o indirectamente con la subversión que azoló nuestro país en la década de los 80, pueden o no ejercer el Derecho al Trabajo, aun incluso en las instancias del Estado.
El Derecho, acorde con un Estado que se precia de garantista, aquí y en cualquier parte del mundo, indica que sí. Pero, cuando la persecución llega a los fueros de la venganza y el odio, no solo en  los casos de la señora Elsa Malpartida y del señor Fujimori, no exentos de cálculos e intereses políticos con miras electorales, se ven dramáticas escenas de, por cierto, comprensible dolor, de una y otra parte. Y, según convenga, hay quienes levantan el dolor de unos para lanzarlo contra el dolor de otros. Entre tanto, el Perú sigue con dolores de parto propios de una guerra, situación de la que llevan agua para sus molinos un puñado de “duros” o una suerte de “halcones” made in Perú enceguecidos de odio.
Un triste y lamentable espectáculo para una nación que no termina de formarse como tal precisamente por ese espíritu de la venganza que, lamentablemente, hay quienes alientan en contrario a una salida por la vía de una Reconciliación Nacional entre todos lo peruanos, sin marginar ni excluir a nadie que es lo que requiere nuestro país.

viernes, 3 de mayo de 2013

CONTRASENTIDO EN EL MUNDO


La Guerra que No Llega

Sesenta años después del Armisticio en la tensa Península Asiática, el tiempo parece ratificar que se trata de una Segunda Guerra de Corea que no termina de Llegar. Y, todo indica, no llegará. No por lo menos en el tiempo inmediato.
 
Su drama es parecido al del personaje de la obra de Gabriel García Márquez El Coronel no tiene quién le escriba. Pero, acaso también emule al personaje de la obra de José Saramago Todos los Nombres. Un tipo que se pasa la vida coleccionando nombres buscando entender quién es, y quiénes son las personas que lo rodean.
En términos más populares, quizá estemos frente a la casi parábola de “El Pastor y el Lobo”. “Viene el lobo, viene el lobo”, gritaba un pastor chistoso que gustaba jugar con el temor de la población. Anunciaba al lobo una y otra vez. Lo cierto es que el lobo nunca llegaba. No había lobo, pero el miedo rondaba, aunque cada vez más en retroceso. Un día incursionó de verdad el lobo y se devoró al pastor.
Los yanquis no son pastores ni los norcoreanos son lobos, ni la guerra es un chiste, pero resulta indudable que hay personajes históricos a los que les gusta jugar con los temores de la humanidad, más aún en tiempos de crisis. Una población temerosa se entrega a los brazos de cualquier “salvador”.
Las amenazas de guerra entre la República Popular Democrática de Corea –más conocida como Corea del Norte– y  EE.UU. son reflejo de la contradicción mundial principal hoy entre el Imperialismo y las Naciones Oprimidas. Pero, dichas amenazas de guerra son también parte de la contradicción interimperialista entre EE.UU. y China, siendo la primera superpotencia hegemónica única y, la segunda, seria aspirante a superpotencia mundial. De modo que estamos frente a una Bipolaridad en ciernes, en perspectiva. A futuro.
Y, sin embargo, también es bien cierto que hay otras contradicciones imperialistas, por ejemplo, las existentes entre EE.UU. y la Unión Europea (UE) o entre ésta y Rusia.  O, entre China y Japón. Una maraña de contradicciones mundiales que bien pueden servir para entender mejor lo que viene ocurriendo en la Península Coreana, más aún en medio de la segunda crisis económica mundial de la globalización desde el 2008, que está golpeando a EE.UU. y, particularmente, a Europa.
La Península coreana que se encuentra entre el Mar Amarillo y el Mar del Este o Mar del Japón resulta estratégica para fines no solo comerciales, sino principalmente políticos. Es, estratégicamente, área de relativo dominio de EE.UU. y zona de influencia de China, pero también lo es de Rusia y Japón.
Luego de concluida la primer a guerra de Corea en 1953, en el contexto en el que a nivel mundial había un mundo capitalista comandado por EE.UU. y –hasta 1956– un mundo Socialista comandado por la ex Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), en más de una oportunidad EE.UU. pretendió declararle la guerra a Corea del Norte.
La última vez fue en 1994, durante la administración del señor Clinton. Era fines de junio. El ex presidente Carter tuvo que volar de urgencia a Pyongyang. Corría el año en que el entonces mandatario Kim Jong Il Song –padre de Kim Jong, actual mandatario norcoreano– puso en funcionamiento el complejo nuclear de Yongbyon. Carter arrancó el compromiso de Kim Jong Il Song  para congelar el Proyecto. Clinton tenía apenas seis semanas en el gobierno. Kim Jong Il Song calificó las eventuales sanciones del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas como un “Acto de Guerra”.
Esa crisis duró año y medio. Se agravó cuando Corea del Norte, en mayo del 94, descargó del reactor de Yongbyon nada menos que 800 barras de combustible irradiado, las mismas que contenían una cantidad de plutonio suficiente como para fabricar cinco o seis bombas atómicas.
Estamos en la última década del siglo XX. La denominada “Cortina de Hierro” había caído. El “Mundo Socialista”, entró en bancarrota y descomposición. En definitiva, desde 1976, no hay ningún país socialista en el mundo.
Estados Unidos quedó como superpotencia hegemónica única y desenvolvió una ofensiva guerrerista mundial buscando consolidarse como tal. Se metió en la ex Yugoslavia –a la que partió en Serbia y Montenegro–; junto con los franceses, en Ruanda y Somalia, con un saldo de más de un millón de muertos; en Irak, entre otros.
El octubre del 94, EE.UU. y Corea del Norte llegaron a un Acuerdo Marco que ratificó el compromiso conseguido por Carter. La Organización Internacional de Energía Atómica (OIEA) selló el reactor de  Yongbyon, puso las barras de combustible irradiado en cajones de hormigón y custodió la instalación hasta el 2002.
En esos años, en los que el imperialismo norteamericano se mostraba mucho más arrogante que ahora, pospuso un eventual ataque a Corea del Norte muy consciente acaso de que ese país no era como Yugoslavia ni como Ruanda ni como Somalia ni como Irak.
Y es que desde los 50 del siglo XX, Corea del Norte se convirtió en una suerte de mar armado. Quizá su temida bomba atómica estuvo siempre ahí: en la fuerza del número de su población militarizada. Es el segundo ejército –luego de China– más numeroso del mundo con alrededor de 1,7 millones de soldados y cerca de 8 millones de reservistas. Cuando en los años sesenta le preguntaron a un estratega militar norteamericano cómo se podía entrar a China, respondió: “Todos sabemos cómo se entra a China, el problema es cómo salimos”.
Durante ese periodo –particularmente entre 1998 y el 2000– Clinton quiso llegar a un acuerdo global proponiendo al régimen norcoreano ayuda económica a cambio del congelamiento de su Programa Nuclear. Pero la Inteligencia Americana descubrió que Pyongyang estaba importando tecnología para un nuevo Programa Nuclear de enriquecimiento del Uranio. Los Republicanos se les fueron encima a los Demócratas calificándolos de complacientes con un “Estado Canalla”. Los acusaron de encubrir una prueba de muerte que violaba la Resolución de la ONU contra el programa armamenticio de Corea del Norte.
Desde esa tensa situación, la que viene ocurriendo en el 2013 resulta la más grave y delicada. La de ayer fue cuando el viento del Este prevalecía sobre el viento del Oeste; la de hoy, en momentos en que fuertes vientos de crisis económica golpean a las potencias imperialistas y cuando China tiene en miras llegar a superpotencia mundial.
Si ya Corea del Norte tenía una temida bomba expresada en la fuerza del número de su población, se propuso, enseguida, en términos estrictamente militares, fabricar una bomba atómica. Y todo indica que lo ha conseguido.
Contradictoriamente, pareciese que es precisamente eso lo que está evitando hasta ahora una Segunda Guerra en la Península coreana. En otras circunstancias, ¿no es acaso cierto que el imperialismo norteamericano ya los hubiese arrasado? La lógica de la historia antigua como reciente dice que sí. Y es que la denominada lógica disuasiva no es solo válida para EE.UU. Lo es también para otros países. Quizá por eso el gendarme mundial norteamericano se opone a que naciones oprimidas como Irán tengan sus propias bombas atómicas.
La arrogancia está ahora del lado de las trincheras de Corea del Norte. El miércoles 03 de Abril se propuso “Atacar sin compasión” a las bases militares norteamericanas. Pero, la madre historia también enseña que los arcos se templan hasta un cierto límite más allá de los cuales se pueden quebrar.