lunes, 23 de marzo de 2015

Después de Pichanaki, se vienen más conflictos

La salida de los ministros del Interior, de Justicia, y de Energía y Minas a raíz de la crisis de Pichanaki, sencillamente no resolvió ni el conflicto con la Pluspetrol, ni aquellos que tormentosamente se avecinan.
Según la Defensoría del Pueblo, en el país subsisten 210 conflictos latentes. Uno de ellos corresponde al lote 1 AB, en Andoas, Loreto, donde se explota petróleo. Se sabe que la toma de los pozos petroleros a cargo de los pobladores paralizó la producción, exigían la compensación por el uso de las tierras, pero también por los efectos del derrame de crudo.
Se informa también que la tensión se mantiene en otras cuencas aledañas, donde los pobladores demandan que Pluspetrol pague un precio justo por sus tierras. La negativa y desdén de la empresa provocó una primera reacción de la comunidad que tomó las instalaciones de Pluspetrol en el lugar.
Pero la amenaza no solo se observa en el Oriente. El proyecto minero Tía María en Arequipa, donde la Southern Perú Copper Corporation desarrolla sus actividades, sigue siendo un caldero. Los enfrentamientos registrados en ocasiones anteriores no parecen haberse calmado por completo. Tanto autoridades, dirigentes y población en general anunciaron que impedirán a toda costa la ejecución del proyecto porque simplemente sigue siendo una grave amenaza para la salud ambiental y agrícola. El Estado podría hacer uso, una vez más, no solo de la fuerza, sino de mecanismos de coerción a través del aparato judicial, promoviendo denuncias por corrupción u otros, dirigidas contras las autoridades con el fin de anular la postura confrontacional de los alcaldes y dirigentes. Pero, como se ha podido ver, esto no soluciona el problema de fondo.
Por otra parte, es harto conocido, el conflicto existente a raíz del proyecto minero las Bambas, en Apurímac. Según todos los cálculos, es el proyecto más grande que se pretende ejecutar y que no se concretó en años anteriores gracias a la férrea resistencia de los pobladores de la zona durante todo el 2004.
Ha trascendido que el paro suspendido por la comunidad exigiendo la salida de la empresa volverá a convocarse en los próximos días.
Los conflictos se extienden por Cusco con el proyecto minero Constancia, Puno, Ancash, Junín y otras zonas del país.
Sin embargo, conociendo la lógica del comportamiento gubernamental, que insiste en actuar como bombero, la posibilidad de evitar los conflictos se hace cada vez más difícil. Aun así, es decir, aun cuando se logre evitar estas confrontaciones, si no se ajusta seriamente la política de extracción de recursos naturales al margen de los intereses nacionales, los conflictos irán y volverán una y otra vez.

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