Sin lugar a Reclamo
GABINETE DE COLORES
Escribe: ALVARO ESPEJO
Conocidas las reglas de juego, sabidas las sabias palabras de que una cosa es con cajón y otra con guitarra, difundida la letra chiquita en el mismo contrato, estando también la sujeción a la ley de la oferta y la demanda, no hay lugar a reclamo alguno por mucho que esto no sea un negocio, sino una elección política. Peor aún, porque la historia del Perú en materia de vendedores de sebo de culebras, demagogos, ilusionistas, truhanes y farsantes está repleta.
Quienes se ilusionaron y sembraron ilusiones en torno al señor Ollanta Humala hoy se quejan de haber sido engañados o estafados.
“Esto se puede ir a la porra”, “nos han estafado”, “creo que hemos elegido a un segundo Toledo”.
Y es que los expresivos signos que viene lazando el señor Ollanta Humala con el nombramiento en las carteras de economía, la presidencia del Consejo de Ministros, poniendo a los señores Castillo y Lerner Ghittis, respectivamente, así como la renovación de la confianza al señor Julio Velarde en la presidencia del BCR lleva a pensar a quienes votaron por el electo mandatario pensando que era de izquierda, que ahora se está derechizando.
Y reclaman. Y no son pocos. Más de un editorial, al respecto, ha dedicado el periodista César Lévano en las páginas del diario La Primera. Seguramente con todo derecho, en el sentido de la libertad de expresión. El señor Mirko Lauer también se ha pronunciado en el sentido de la incongruencia entre el prometido crecimiento con inclusión social y la designación de personajes de la derecha extrema que nada tienen que con la inclusión social.
Hay quienes piensan también que la derecha se ha almorzado al señor Ollanta Humala con zapatos y todo.
Lo cierto es que el ahora flamante presidente está actuando dentro de la derecha para la que siempre jugó. Ciertamente con su práctica, no con sus palabras. Estaba en la letra chiquita que debieron leer al momento de comprar el producto quienes le dieron su voto pensando que era la prometida izquierda o que representaba los intereses de las grandes mayorías.
¿Y ahora, que van a hacer?
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