Hugo Aedo Mendoza inauguró su gestión al frente de
la Municipalidad Provincial de Huamanga con un mensaje poco sutil, pero sumamente
trillado. Asume que todo lo que hizo la gestión anterior está mal y todo lo que
hará él tendrá la aureola de una bendición casi pontifical. Este mensaje,
ciertamente, no es nuevo. Germán Martinelli hizo lo propio cuando ingresó a
reemplazar a Gerardo Ludeña, Amílcar Huancahuari recurrió al mismo argumento,
aunque con otras palabras, e intentó explicar el estado de cosas en que su
antecesor dejo la casa municipal. Pero, ¿cuánto de verdad y de arrogancia hay
en estas expresiones?
Lo
que no cabe duda, es que la palabra humildad está ausente en la conducta –antes
que en el vocabulario– de los burgomaestres. Mención especial merece el actual Alcalde
de Huamanga, a quien se le conoce como una persona arrogante, soberbia y
autosuficiente, y que, para fijar esa idea en el pensamiento colectivo, no repara
en asignarse a sí mismo la condición de doctor por el hecho de ser médico,
cuando, en realidad, solo tiene estudios concluidos de una maestría en la Universidad
de San Cristóbal de Huamanga.
Y
es que, desde el primer instante en que asumió el sillón municipal, las palabras
de Aedo han estado cargadas de una fuerte dosis de desprecio y envilecimiento
contra Huancahuari, su colega de profesión y rival político en las elecciones
del 2010.
Las
declaraciones a los medios de comunicación local, asegurando que evaluará al
personal contratado que labora en la Municipalidad de Huamanga desde años
atrás, representa un golpe duro contra su predecesor, porque no solo cuestiona
la capacidad técnica o profesional del personal colocado por el ex alcalde
fujimorista, sino que, además, el mensaje –con indudable sabor revanchista– está
dirigido contra Huancahuari, en su intento por demostrarle el poder que hoy posee.
Por
los pasillos de la Municipalidad de Huamanga se dice que los trabajadores
contratados temen referirse de buenas maneras al anterior alcalde, porque podrían
ser despedidos ipso facto.
Otro
de los aspectos que Aedo Mendoza cuestiona es el estado de la maquinaria
pesada, señala que todos estos equipos están inoperativos. Su mensaje no puede
haber sido dirigido accidentalmente, pues sirvió para restregar al ex alcalde
el cuestionamiento por el uso irregular de dicha maquinaria en faenas
particulares y que por eso ya tiene una sentencia encima.
Pero
la artillería continuó. El flamante alcalde y ex líder del “choclo”, volvió a
cargar contra su colega y quejarse de la incapacidad de gasto que produjo la
reversión de 21 millones de nuevos soles al tesoro público. Dichos recursos,
señala el médico Aedo Mendoza, debieron ser destinados a la culminación del
Drenaje Pluvial que debían instalarse en los jirones Bellido, Mariscal Cáceres
y Manco Cápac de la ciudad de Ayacucho.
La
obra emblemática de recuperación del terminal terrestre a cargo de la gestión
de Huancahuari, tampoco se salvó de las críticas del burgomaestre de Huamanga.
Dijo que se tiene pendiente recuperar 450 mil nuevos soles por concepto de
arrendamiento que la gestión anterior no llegó a cobrar a los comerciantes que
ocupan los stands del Terminal.
Finalmente,
las baterías del líder de Alianza Renace Ayacucho en Huamanga, se enfilaron
contra Epsasa, la empresa prestadora de saneamiento y de agua, entidad que para
Hugo Aedo se encuentra en una crisis severa. Y, aunque no le falta razón, Aedo
piensa que cambiando al directorio y a los funcionarios designados por la
gestión anterior, sacará del estado caótico en que se encuentra esta empresa
para estatal.
Su
crudeza se extendió al tema del Servicio de Administración Tributaria, que
habría perdido, según el Alcalde Aedo, miles de contribuyentes con la creación
del nuevo distrito Andrés Avelino Cáceres.
En
cuanto a los temas de seguridad ciudadana y transporte, los comentarios de la
autoridad local fueron algo más tolerantes y menos directos. Tal vez sea porque
son dos problemas que no se resolverán aludiendo responsabilidad a sus
antecesores o porque sabe que no lo solucionará en cuatro años.
Lo
concreto es que, a Aedo solo le faltó anunciar la intervención en el Puente
Nuevo, lugar donde la gestión de su colega médico, construyó un monumento que
rinde tributo al hombre andino y cuya imagen, según muchos curiosos, tiene
sorprendentemente el rostro de Amílcar Huancahuari.
Sin
duda, Hugo Aedo Mendoza –el médico y no el doctor– tiene el mismo reto que sus
antecesores, retos que van más allá de superar los problemas de personal en la
Municipalidad, en Epsasa o en el SAT Huamanga, retos que comprenden la solución
del problema de la limpieza, del transporte, de la seguridad ciudadana, del
medio ambiente, de la corrupción y de la burocracia municipal.
Las
investigaciones que realice su gobierno contra la gestión anterior, debe ser
cuidadosa, profunda, inflexible y menos ruidosa. Hacer lo contrario solo
servirá para victimizar a su ex rival político, que ya salió del cargo de
director regional de salud, cargo que provocó mucha incomodidad y celo político
en la actual autoridad edil.
Al
alcalde Aedo le esperan cuatro años –no le quedan cuatro años–. Tiempo
suficiente para darse cuenta de la diferencia entre orgullo y soberbia, entre
optimismo y arrogancia. Su éxito como autoridad, sin ninguna duda, será el
éxito de Huamanga. Solo los enemigos de la provincia podrían esperar que le
vaya mal a su gestión, porque eso redundará en perjuicio de Huamanga. Sin
embargo, requiere actuar con madurez política desinflando un ego que podría
augurarle una salida, al término de su gestión, bañado de impopularidad y de
agresiva despedida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario