jueves, 12 de febrero de 2015

Con el ego inflado

Hugo Aedo Mendoza inauguró su gestión al frente de la Municipalidad Provincial de Huamanga con un mensaje poco sutil, pero sumamente trillado. Asume que todo lo que hizo la gestión anterior está mal y todo lo que hará él tendrá la aureola de una bendición casi pontifical. Este mensaje, ciertamente, no es nuevo. Germán Martinelli hizo lo propio cuando ingresó a reemplazar a Gerardo Ludeña, Amílcar Huancahuari recurrió al mismo argumento, aunque con otras palabras, e intentó explicar el estado de cosas en que su antecesor dejo la casa municipal. Pero, ¿cuánto de verdad y de arrogancia hay en estas expresiones?

Lo que no cabe duda, es que la palabra humildad está ausente en la conducta –antes que en el vocabulario– de los burgomaestres. Mención especial merece el actual Alcalde de Huamanga, a quien se le conoce como una persona arrogante, soberbia y autosuficiente, y que, para fijar esa idea en el pensamiento colectivo, no repara en asignarse a sí mismo la condición de doctor por el hecho de ser médico, cuando, en realidad, solo tiene estudios concluidos de una maestría en la Universidad de San Cristóbal de Huamanga.
Y es que, desde el primer instante en que asumió el sillón municipal, las palabras de Aedo han estado cargadas de una fuerte dosis de desprecio y envilecimiento contra Huancahuari, su colega de profesión y rival político en las elecciones del 2010.
Las declaraciones a los medios de comunicación local, asegurando que evaluará al personal contratado que labora en la Municipalidad de Huamanga desde años atrás, representa un golpe duro contra su predecesor, porque no solo cuestiona la capacidad técnica o profesional del personal colocado por el ex alcalde fujimorista, sino que, además, el mensaje –con indudable sabor revanchista– está dirigido contra Huancahuari, en su intento por demostrarle el poder que hoy posee.
Por los pasillos de la Municipalidad de Huamanga se dice que los trabajadores contratados temen referirse de buenas maneras al anterior alcalde, porque podrían ser despedidos ipso facto.
Otro de los aspectos que Aedo Mendoza cuestiona es el estado de la maquinaria pesada, señala que todos estos equipos están inoperativos. Su mensaje no puede haber sido dirigido accidentalmente, pues sirvió para restregar al ex alcalde el cuestionamiento por el uso irregular de dicha maquinaria en faenas particulares y que por eso ya tiene una sentencia encima.
Pero la artillería continuó. El flamante alcalde y ex líder del “choclo”, volvió a cargar contra su colega y quejarse de la incapacidad de gasto que produjo la reversión de 21 millones de nuevos soles al tesoro público. Dichos recursos, señala el médico Aedo Mendoza, debieron ser destinados a la culminación del Drenaje Pluvial que debían instalarse en los jirones Bellido, Mariscal Cáceres y Manco Cápac de la ciudad de Ayacucho.
La obra emblemática de recuperación del terminal terrestre a cargo de la gestión de Huancahuari, tampoco se salvó de las críticas del burgomaestre de Huamanga. Dijo que se tiene pendiente recuperar 450 mil nuevos soles por concepto de arrendamiento que la gestión anterior no llegó a cobrar a los comerciantes que ocupan los stands del Terminal.
Finalmente, las baterías del líder de Alianza Renace Ayacucho en Huamanga, se enfilaron contra Epsasa, la empresa prestadora de saneamiento y de agua, entidad que para Hugo Aedo se encuentra en una crisis severa. Y, aunque no le falta razón, Aedo piensa que cambiando al directorio y a los funcionarios designados por la gestión anterior, sacará del estado caótico en que se encuentra esta empresa para estatal.
Su crudeza se extendió al tema del Servicio de Administración Tributaria, que habría perdido, según el Alcalde Aedo, miles de contribuyentes con la creación del nuevo distrito Andrés Avelino Cáceres.
En cuanto a los temas de seguridad ciudadana y transporte, los comentarios de la autoridad local fueron algo más tolerantes y menos directos. Tal vez sea porque son dos problemas que no se resolverán aludiendo responsabilidad a sus antecesores o porque sabe que no lo solucionará en cuatro años.
Lo concreto es que, a Aedo solo le faltó anunciar la intervención en el Puente Nuevo, lugar donde la gestión de su colega médico, construyó un monumento que rinde tributo al hombre andino y cuya imagen, según muchos curiosos, tiene sorprendentemente el rostro de Amílcar Huancahuari.
Sin duda, Hugo Aedo Mendoza –el médico y no el doctor– tiene el mismo reto que sus antecesores, retos que van más allá de superar los problemas de personal en la Municipalidad, en Epsasa o en el SAT Huamanga, retos que comprenden la solución del problema de la limpieza, del transporte, de la seguridad ciudadana, del medio ambiente, de la corrupción y de la burocracia municipal.
Las investigaciones que realice su gobierno contra la gestión anterior, debe ser cuidadosa, profunda, inflexible y menos ruidosa. Hacer lo contrario solo servirá para victimizar a su ex rival político, que ya salió del cargo de director regional de salud, cargo que provocó mucha incomodidad y celo político en la actual autoridad edil.
Al alcalde Aedo le esperan cuatro años –no le quedan cuatro años–. Tiempo suficiente para darse cuenta de la diferencia entre orgullo y soberbia, entre optimismo y arrogancia. Su éxito como autoridad, sin ninguna duda, será el éxito de Huamanga. Solo los enemigos de la provincia podrían esperar que le vaya mal a su gestión, porque eso redundará en perjuicio de Huamanga. Sin embargo, requiere actuar con madurez política desinflando un ego que podría augurarle una salida, al término de su gestión, bañado de impopularidad y de agresiva despedida.

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