miércoles, 10 de abril de 2013

Cuando el poder y el dinero ensucia a una cooperativa...


Directivos
Sin crédito


La popular frase “no es amor al chancho sino a los chicharrones” parece dibujar las reales intenciones de los dirigentes de las cooperativas ayacuchanas. Y si algunos de ellos han sido objeto de denuncias por sus malas artes, la Santa María Magdalena podría calificar como el manantial de este tipo de directivos que se benefician con préstamos fabulosos, a sola firma y en un plazo que no superan muchas veces el chasquido de los dedos.

Las explosivas declaraciones de Roque Montero Huamaní –presidente en dos ocasiones e innumerables veces delegado de la Cooperativa Santa María Magdalena– y que tienen como blanco al actual hombre fuerte de dicha entidad crediticia, Luis Cama Godoy, a quien acusa de estar detrás de su separación de la Cooperativa, dan fe no solo de este nada secreto privilegio del que gozan sus directivos, sino, también, de operaciones y transacciones sospechosas que comprometen la adquisición de inmuebles, bienes y servicios.
Pero nada de esto hubiera salido a la luz, de no haberse quebrado la relación entre Roque Montero Huamaní y Luis Cama Godoy, quienes desde el año 2001 comenzaron a ganar espacios en la Cooperativa y a controlar una de las entidades de mayor volumen de socios en la región de Ayacucho y cuyo capital supera los 300 millones de nuevos soles en activos.
Según propia confesión –versión que ratifica el abogado Cama Godoy–, Montero Huamaní recibió una serie de créditos por cantidades considerables que, sumadas todas ellas, superan e1 millón 110 mil nuevos soles. Dichos créditos –el más fuerte de ellos a favor de una de sus empresas: Transportes y Turismo Divino Niño Jesús por 180 mil dólares– aparentemente habrían sido asignados a favor de varias de sus empresas.
Nada de esto sería un problema, si no se tratara de un directivo y si los préstamos hubieran seguido los procedimientos establecidos. Pero, según precisa el propio Montero, gran parte de estos créditos no dispondrían de garantía real (aunque sí de aval en algunos casos), habrían sido hechos a sola firma y, lo que es peor, en un solo día.
Montero Huamaní no habría lanzado la primera piedra si no supiera que estas denuncias comprometen directa o indirectamente a Luis Cama Godoy. Asegura que muchos de los préstamos de menor y mayor cuantía tuvieron que pasar por las manos del gerente general, lo que indica –según Montero– que Cama sabía el destino que tendría cada crédito.
Y es que, según el ex directivo, todos los préstamos fueron destinados a cubrir deudas de las empresas en donde ambos eran (son) socios. Este es el caso de la Empresa de Transporte Divino Señor.
Montero no quiso abundar en el tema de otra empresa, una emisora radial que fue comprada a nombre del hermano del actual gerente general de la Cooperativa, pero dejó entrever que también allí se produjo algo parecido.
La respuesta de Cama Godoy ante este hecho fue categórica. Asegura que Montero tendría que probar sus afirmaciones, sin embargo admite que mantiene una sociedad con éste y con otros dos trabajadores de la Cooperativa Santa María Magdalena (Carlos Pozo y Renán Ramírez), con quienes adquirieron la empresa Turismo Divino Señor S.A.C. La distribución de las acciones, señala Cama, fueron en partes iguales, pero a raíz de algunos problemas económicos (aparentemente una deuda que bordea el millón de dólares), se produjo la separación de los socios en medio de un acuerdo que terminó por distribuir la flota de vehículos entre cada uno de ellos.
Cama Godoy tampoco niega haberse beneficiado con préstamos de la Cooperativa. Su propia Empresa de Transportes y Servicios Turísticos Generales Don Sebas S.A.C. –la misma que cuenta con varias unidades de la marca Scania y de Mercedes Benz valorizadas desde 360 a 400 mil dólares aproximadamente– y cuya gerente general es su esposa, obtuvo préstamos importantes de la Cooperativa Santa María Magdalena y de otras entidades financieras. Pero a decir del gerente general, esto no ha sido irregular.

La millonaria compra de un terreno en Huanta

La otra denuncia de Montero Huamaní –de quien Cama Godoy señala que no tiene ninguna autoridad moral– advierte indicios de una posible irregularidad. Señala que el proceso de adquisición de dos terrenos de 1.4 ha en total, ubicado en el sector Esmeralda, predio rural Huasi Punco de la provincia de Huanta, habría sido sobrevaluado en perjuicio de la Cooperativa de Ahorro y Crédito Santa María Magdalena, que pagó la suma de 1 millón 282 mil 680 nuevos soles a pesar que ambos terrenos tenían como precio de compra 218,180 nuevos soles.
Según la partida N° 11009765 de Registros Públicos, Daniss Susana Sánchez López, la propietaria inicial, vendió el 02 de setiembre de 2011 uno de los dos terrenos (actualmente de la Cooperativa) a Olivia Josefa Palomino Quicaño por la suma de 143,180 nuevos soles. Lo curioso del hecho, según Montero, es que Olivia Palomino (Trabajadora de Foncodes), para pagar el costo de este terreno y del otro predio perteneciente a Máximo Sánchez, no solo habría solicitado un crédito de la Cooperativa por la suma de 390 mil soles, sino que hipotecó ambas propiedades a favor de la entidad crediticia hasta por un valor de 210 mil dólares americanos. Así indica la misma partida presentada a Registros Públicos a la misma hora y en el mismo día de la compra inicial.
La hipoteca, según la partida registral, fue levantada, una de ellas, en diciembre de ese año y, la otra, en enero de 2012. Montero se pregunta: habría que ver cómo en solo cuatro meses, una trabajadora de Foncodes que gana 4,500 soles, logró cancelar una deuda de 390 mil soles.
El 8 de febrero de 2012, cinco meses después de que se produjera la compra venta mencionada, los directivos de la Cooperativa Santa María Magdalena deciden adquirir ambos lotes a un monto de 423,600 y 859,080 nuevos soles, respectivamente, haciendo un total de S/. 1’282,680.
La pregunta sería ¿por qué pagar una suma muchísimo mayor –seis veces más– de su costo inicial?
Luis Cama Godoy ensaya una respuesta. Indica que la razón por la que se pagó esta cifra es porque dos especialistas contratados por la Entidad valorizaron el predio en una suma, inclusive, mucho mayor del costo planteado por la señora Olivia Palomino. Asegura que en este proceso no hubo irregularidades y que contó con los estudios correspondientes. El terreno, agrega el gerente general de la Santa María, será destinado a un complejo habitacional cuyo proyecto ha sido aprobado en Asamblea.
De cualquier forma, la denuncia de Montero Huamaní, beneficiario de onerosos créditos, sugiere una investigación que vaya más allá de las cotidianas auditorías, donde los investigados no sean juez y parte, y donde la voluntad de servir devuelva algo vital para la subsistencia de una entidad financiera: la confianza.

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