Es na revista ayacuchana de análisis que se edita mensualmente. Su circulación se realiza en las ciudades de Ayacucho, Huanta y, desde 2009, en el Valle Río Apurímac, Ene y Mantaro. También circula en algunos puntos de Lima, específicamente en distritos como Villa El Salvador, San Juan de Lurigancho y el Cercado de Lima. Pronto: en Ica, Huancayo, Apurímac, Huancavelica.
jueves, 12 de junio de 2014
domingo, 8 de junio de 2014
COMO EN EL MEDIOEVO, ¿ESTÁ PROHIBIDO INVESTIGAR?
Por: Necías E. Taquiri Y.
Estamos anonadados, por decir lo
menos, al habernos enterados –esta vez- que los sectores más oscuros de la
sociedad, valiéndose de los propósitos más protervos, no solo estén viendo movadistas
en todas partes, sino que se hayan dedicado a criminalizar las investigaciones
universitarias desarrolladas por docentes y estudiantes con el argumento de que
están haciendo incurriendo en apología del terrorismo, nada más y nada menos.
El caso es que, el Jefe del
Departamento Contra el Terrorismo (DEPCOTER), de la DIVICAJ-DITERPOL-AYACUCHO,
por disposición del Ministerio Público, ha solicitado al Rector de la
Universidad Nacional de San Cristóbal de Huamanga “copias de los diversos
trabajos de investigación científica realizadas por los docentes de Ciencias
Sociales, Antropología y otros” (Oficio No.
467-2014-DITERPOL-AYA/DIVICAJ-DEPCOTER de fecha 15 de abril de 2014),
mencionando a los docentes universitarios Ulpiano Quispe Mejía, Porfirio
Hilares Ayala, Carlos Rodrigo Infante Yupanqui, Jhonny Gutiérrez Toledo,
Edmundo Pinto Ramos, Jeffrey Gamarra Carrillo, Fermín E. Rivera Pineda y
Segundo Wálter Aguilar Silva, con sus correspondientes trabajos de
investigación.
Es obvio imaginar que este
requerimiento policial y del Ministerio Público, no tiene motivaciones
culturales para estudio académico, aprendizaje o culturización de las dos
instituciones; ni siquiera es una curiosidad bibliográfica y registro de
labores universitarias con fines de acreditación, porque en eso andamos los
universitarios, de esta Universidad y de todas partes, en acreditarnos y en
modernizarnos. Lo que se observa aquí, es que por acción de algún individuo nefasto
de la sociedad, de malhadada conducta antiuniversitaria y de odio enfermizo a
la Universidad de Huamanga, por resentimientos y notorio espíritu de venganza que
hasta se sospecha de dónde proviene, pero aún no se puede precisar por razones
obvias, por sus antecedentes de haber injuriado y difamado a media universidad,
por cualquier cosa o con cualquier argumento, alguien con poder en las alturas,
acaso carente también de información suficiente acerca de la visión y misión de
la universidad peruana, se ha empeñado en cercenar el libre trabajo de
investigación científica y, en última instancia, la libertad de opinión que
debe primar en la actividad intelectual de los docentes de cualquier
universidad.
Si estuviéramos transitando por
los aciagos años de la Santa Inquisición, o de los oscuros siglos XV o XVI de
la historia, o viviendo específicamente las épocas de Galileo Galilei,
Copérnico o Ciriaco de la Chimenea, donde investigar si la tierra era redonda,
para sostener que giraba alrededor del sol, a despecho y penalización de los
que sostenían que necesariamente la tierra era plana y centro indiscutible del
universo, no sorprendería semejante ‘investigación’ policial, sería hasta
lógico, en cierto modo; pero, en la era de la informática, de la posmodernidad
y de la investigación científica más profunda, con miras a conocer las causas y
consecuencias de los fenómenos naturales, sociales y psicológicos de la
realidad, para contribuir al desarrollo de la humanidad, especialmente desde la
universidad (de aquí, allá y acullá), cuya razón y fundamento existencial es precisamente la investigación científica,
esta persecución nos ubica en la neológica era de la persecución, del
amedrentamiento y la proscripción intelectual, que condenamos desde este medio.
Es más, de fuentes informadas
relacionadas a esta misma labor, se tiene conocimiento que en la lista de los
investigados, se habría incluido a una veintena de estudiantes de la indicada
facultad, con la finalidad de ‘investigar’ sus trabajos de investigación,
especialmente tesis, con fines igualmente de persecución, siguiendo las
informaciones supuestamente sustentadas de algunos personajes que, reiteramos,
está viendo apología en cualquier trabajo intelectual y movadistas en todo lo
que piensan, hablan u opinan los miembros de la comunidad universitaria.
Es hora ya, de que la población
universitaria, o la población civil con dos dedos de frente, les diga basta, a
los individuos que buscan hacer daño a la institución universitaria, acusando a
la Universidad de Huamanga de ‘estar auspiciando trabajos de investigación
subversiva’ (como han blasfemado hasta cínicamente).
Por
lo demás, es menester sostener que la libertad de pensamiento, opinión y
expresión, constituyen derechos fundamentales de la sociedad peruana,
garantizados por la Constitución Política y ratificados específicamente por el
Tribunal Constitucional, el año 2002, para mayores argumentos, cuando ha
declarado que ‘no existe apología al terrorismo’, en el proceso seguido contra
algunos docentes mencionados en la ‘lista tenebrosa’ mencionada líneas arriba.
Porque, pues, las ideas no subvierten. Las opiniones son pareceres. No son
llamados a la insurgencia, sino luces sobre la oscuridad, para discernimiento
de la sociedad, y nada más.
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